Beatriz, que casi muere esperando el permiso para interrumpir un embarazo que podría haberle matado |
"Desde hace casi dos decenios, las mujeres de El Salvador vienen sufriendo las consecuencias de esta legislación draconiana y desfasada, y ahora 300.000 voces de la comunidad global se unen a su lucha para acabar con la injusticia. Esto es ahora un ensordecedor coro de voces preocupadas que no se puede ignorar. El presidente Sánchez Cerén debe escuchar este llamamiento", dijo Erika Guevara-Rosas.
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