Pero las comunidades no se han quedado de brazos cruzados. Desde hace varios años trabajan allí organizaciones comunitarias que buscan crear conciencia entre la población sobre la importancia de preservar el ambiente y ya manejan proyectos de conservación.
Rosa Lobato, directora de la Asociación de Desarrollo de las Mujeres de Barra de Santiago (Ambas), explicó a Tierramérica que actualmente trabajan con un programa del MARN para el aprovechamiento sostenible del mangle para madera, que obliga a que por cada unidad extraída se planten 200 árboles de esa especie.
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